Cuando nos pasamos una hora escribiendo un post, lo publicamos y luego vemos que otros del mismo tema de otras páginas se posicionan mejor, nos preguntamos: «¿Qué le pasa a mi contenido?». Podemos imaginar que Google nos tiene manía, pero en realidad los motivos son otros mucho menos concretos. Por suerte, la empresa proporciona unos consejos de revisión que deberíamos tener muy en cuenta.
Google nos dice que nos deberíamos plantear una serie de preguntas obligatorias. La primera de ellas es si el contenido que hemos publicado proporciona suficiente información original, investigación, análisis u opinión. Es decir, que si el texto tiene «chicha» o es un mero resumen de algo que hayamos visto en otra página o en la fuente original.
La segunda pregunta es si la información que hemos publicado tiene una descripción completa y fácil de entender del tema principal del artículo. Además, nos piden que nos preguntemos si hemos dado un análisis en profundidad o si hemos proporcionado información que va más allá de lo obvio. Si lo que hemos hecho ha sido usar una fuente, ¿hemos copiado o reescrito simplemente? ¿o hemos proporcionado un punto de vista personalizado y original del tema?
Además, nos tenemos que plantear si el título proporciona un resumen del contenido que resulte descriptivo y si hemos exagerado respecto a lo que vamos a contar. Este último punto es interesante, porque significa que finalmente Google está tomando cartas en el asunto para erradicar el clickbait, lo cual no está nada mal.
Las dos últimas preguntas que nos tenemos que hacer buscan la autocrítica. La primera de ellas nos plantea si nosotros marcaríamos ese contenido en nuestros favoritos, si lo recomendaríamos o si lo compartiríamos con un amigo. Y la última pregunta es si creemos que el contenido va a salir mencionado en un libro, enciclopedia o revista impresa.