Si trabajáis con páginas web, gestionáis un blog o el sitio de vuestra empresa, seguro que en algún momento habéis oído hablar de los animales de Google. Sus algoritmos, representados en forma de animales aparentemente simpáticos y adorables, pueden ser lo que os lleve a la ruina, a que vuestra web desaparezca de Google o que se vea empujada a los últimos resultados de las búsquedas. Por ello, haznos caso, tienes que conocer el Zoo de Google para no sufrir ningún tipo de accidente.
Google Panda
Lo primero que se te ocurre al pensar en un oso panda es que quieres abrazar ese gran peluche. Pero te podemos asegurar que lo que hizo este no tan adorable panda fue destruir miles de páginas web cuando se introdujo en el año 2011. Atacó al SEO black hat de una forma espectacular, pero también hizo que cayeran de forma inmediata aquellos dominios que se dedicaban a robar contenido y duplicarlo. ¿Cómo ser amigo del panda? Publica contenidos originales y cúrratelos para que tengan calidad.
Google Penguin
Posteriormente llegó el pingüino. Google seguía eligiendo animales adorables para convertirlos en malvadas entidades que nos quitaran el suelo. Lo que castiga el pingüino son aquellas páginas web que abusan de los backlinks y de los enlaces en general mal implementados. ¿Cómo evitar problemas? Asegúrate de que los enlaces que consigues son naturales y que no son de pago o similar. Las malas prácticas con los enlaces están más que controladas con este animal.
Google Hummingbird
Ya no volveremos a mirar los colibrís de la misma manera. Este pájaro analiza las palabras clave long tail, así como el posicionamiento en base a las búsquedas que hacen los usuarios utilizando su voz. ¿Cómo asegurarse de que le caemos bien? En este caso lo que hay que hacer es usar palabras clave naturales que nos posicionen de forma orgánica sin que estemos intentando alterar los resultados con palabras artificiales que nos proporcionen más búsquedas. Además, es importante que intentes responder preguntas con tus contenidos.
Y luego llegó Google Pigeon, la paloma, que en este caso está relacionado con el posicionamiento de negocios locales y resulta de un uso menos habitual.