Algo de lo que cada vez más personas se olvidan es de los comentarios que reciben sus publicaciones en la web. Los aprueban (o no) y los dejan ahí para esperar y ver qué pasa, como si fueran a ser semillas que, al plantarse, deparan la germinación de un gran árbol. Pero, en realidad, los comentarios tienen una importancia más grande de la que se pueda imaginar.
Cuando recibes tu primer comentario real en el blog o web es de absoluto éxito personal. La sensación que te invade es soberbia. Te sientes que, por fin, tu web ha llegado a alguien, que hay una persona, al menos, que ha estado leyendo y que incluso se ha tomado la molestia de escribir.
Es muy común que haya personas que responden ese comentario incluso dando las gracias. Le dicen lo que haya que decir y luego añaden “gracias por escribir!”, porque están tan emocionados que entienden que tienen que compartirlo y ser agradecidos.
Esta emoción, en cualquier caso, suele ser pasajera. A medida que se reciben más comentarios, el interés y la emoción de los primeros días se va diluyendo. Eso lleva a que, en algún momento, se dejen de responder los comentarios y que termine siendo algo a lo que no se presta demasiada atención.
¿Es un error? Sí, lo es. Nunca hay que olvidarse de responder los comentarios y de hacer un seguimiento de los mismos. Es recomendable responder, dar la información que puedan estar buscando y así intentar crear un poco de conexión con los visitantes.
Ser amable y políticamente correcto siempre es una buena recomendación, puesto que lo último que queremos hacer es llegar a tener una trifulca con una de las personas que han entrado en la web. Por ello recuerda: responde, sé educado y no te olvides de tus usuarios.